Si quieres hacerte una imagen del futuro...

El poder se basa en infligir dolor y humillación. El poder consiste en hacer pedazos el espíritu humano y darle la forma que elijamos. ¿Empiezas a ver ahora el mundo que estamos creando? Es justo lo contrario de las bobas utopías hedonistas que imaginaron los antiguos reformistas. Un mundo de miedo, traición y torturas, en el que pisoteas y te pisotean, y que se volverá más despiadado a medida que vaya refinándose. En nuestro mundo, el progreso será un progreso hacia el dolor. Las civilizaciones antiguas decían estar basadas en el amor o la justicia. La nuestra se funda en el odio. En nuestro mundo no habrá más emociones que el miedo, la rabia, el triunfo y la degradación. Destruiremos todo lo demás... todo. Ya hemos empezado a destruir las formas de pensar que han sobrevivido a la Revolución. Hemos cortado los vínculos entre hijos y padres, entre los hombres y entre los hombres y las mujeres. Nadie osa confiar ya en su mujer, en un hijo o en un amigo. En el futuro no habrá esposas ni amigos. Separaremos a los niños de sus madres al nacer, igual que se recogen los huevos de una gallina. El instinto sexual será erradicado. La procreación se convertirá en una formalidad anual como la renovación de una cartilla de racionamiento. Aboliremos el orgasmo. Nuestros neurólogos ya están trabajando en ello. No habrá otra lealtad que la profesada al Partido. No habrá más amor que el que se siente por el Hermano Mayor. No habrá más risas que las risas triunfales al derrotar a un enemigo. No habrá arte, ni literatura, ni ciencia. Cuando seamos omnipotentes, no nos hará falta la ciencia. Dejará de haber diferencias entre la belleza y la fealdad. Desaparecerá la curiosidad y el disfrute de la vida. Todos los placeres serán destruidos. Pero siempre, más vale que no lo olvides, Winston, persistirá la embriaguez del poder que cada vez será mayor y más sutil. Siempre, en todo momento, existirá la emoción de la victoria, la sensación de pisotear a un enemigo indefenso. Si quieres hacerte una imagen del futuro, imagina una bota aplastando una cara humana... eternamente.

1984 - George Orwell


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